Cada 4 de septiembre, Argentina celebra el Día de la Secretaria, una fecha destinada a resaltar la importancia de quienes son pilares en la gestión y organización de las oficinas.
El origen de esta conmemoración es motivo de debate, pero dos teorías principales destacan. La primera se remonta a 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando en Estados Unidos se organizó la primera Conferencia Internacional de Secretarias. Este evento se llevó a cabo en reconocimiento al papel vital que desempeñaron estas profesionales en la administración de empresas mientras los hombres estaban en combate. La segunda teoría sugiere que la celebración fue instaurada por una empresa de máquinas de escribir, como forma de homenajear a las secretarias que utilizaban sus productos.
A lo largo de los años, el Día de la Secretaria ha evolucionado para resaltar no solo las habilidades técnicas y organizativas de estas profesionales, sino también su capacidad para mantener la eficiencia y el orden en el entorno laboral. Las secretarias y asistentes ejecutivos son responsables de una amplia variedad de tareas, que incluyen desde la gestión de agendas hasta la atención a clientes, desempeñando un papel clave en la imagen y operación de las empresas.
En Argentina, esta celebración es también un momento para reflexionar sobre la transformación del rol de la secretaria. Históricamente asociado casi exclusivamente a mujeres y considerado un puesto de apoyo, este rol ha ganado prestigio y reconocimiento, con muchas secretarias asumiendo responsabilidades de mayor envergadura y contribuyendo significativamente al éxito organizacional.
Finalmente, el Día de la Secretaria es una ocasión para que colegas y empresas reconozcan el invaluable aporte de quienes, muchas veces desde las sombras, garantizan el funcionamiento efectivo de las oficinas. Es una oportunidad para celebrar su dedicación y destacar la importancia de su papel en la estructura empresarial, promoviendo a la vez una mayor igualdad y valoración en el ámbito laboral.