El presidente Javier Milei ha logrado mantener el veto a la ley de financiamiento universitario, tras una votación decisiva en la Cámara de Diputados. La ley proponía un aumento retroactivo de salarios para docentes y no docentes universitarios, indexados por inflación desde enero. Sin embargo, la Casa Rosada rechazó la medida argumentando que ponía en riesgo el equilibrio fiscal, uno de los pilares del actual plan económico.
La intervención de Mauricio Macri fue crucial para asegurar el respaldo del PRO, un partido que enfrentaba divisiones internas sobre la medida. Aunque algunos sectores del PRO consideraban que el costo del 0,14% del PBI no comprometía las cuentas fiscales, la bancada mayoritariamente votó a favor de mantener el veto con 35 votos, mientras que los legisladores alineados con Horacio Rodríguez Larreta se opusieron. Los libertarios, por su parte, aportaron 39 votos a favor del veto, aunque la diputada Lourdes Arrieta rompió filas y votó en contra.
El resultado de la votación reflejó las tensiones políticas dentro de la coalición gobernante y entre los bloques opositores. La Unión Cívica Radical (UCR), que había impulsado la ley, también enfrentó divisiones internas. Algunos de sus diputados, que ya habían apoyado al Gobierno en la reforma jubilatoria, esta vez se alinearon nuevamente con Milei. Sin embargo, la oposición logró sumar 160 votos, aunque no alcanzó la mayoría de dos tercios necesaria para rechazar el veto presidencial.
El resultado de la votación fue influenciado por la postura de varios gobernadores. Osvaldo Jaldo, de Tucumán, y Carlos Rovira, de Misiones, alinearon a sus diputados a favor del veto, mientras que otros, como el sanjuanino Marcelo Orrego, se opusieron.
La reacción de los gremios docentes no se hizo esperar, y ya han anunciado un paro total en las universidades para el día siguiente, en protesta por la medida. El Gobierno, por su parte, intentó calmar las aguas anunciando un incremento del salario mínimo docente, pero las tensiones siguen en aumento.