OPINIÓN

Elecciones 2025: La lucha por el control y las alianzas clave

28 de Octubre, del 2024 - Opinión

En un país polarizado, los actores políticos trazan estrategias y alianzas para asegurar su lugar en el próximo escenario electoral. Desde la cautela del Papa hasta la interna del PJ, cada movimiento podría definir el futuro de Argentina.

 

Con el 2025 a la vista, los principales espacios políticos ya muestran sus cartas, delineando estrategias y alianzas que configuran un panorama electoral incierto. En este contexto, cada bloque se enfrenta a un delicado equilibrio donde el frente interno es tan o más gravitante que la confrontación con otros espacios.

Desde el oficialismo, el pedido de moderación de parte del papa Francisco para su eventual visita a Argentina simboliza la creciente preocupación sobre el tono y el contenido de la comunicación política en el país. La figura del Papa no es menor en este contexto: su presencia es deseada, pero la retórica polarizadora representa un obstáculo evidente. Su condición de “mediador” externo en medio de un país fragmentado revela la intención del líder católico de evitar que su visita se interprete como un espaldarazo a uno u otro sector. Sin embargo, este pedido enfrenta la realidad de un gobierno donde la retórica beligerante y el tono altisonante marcan la línea de comunicación oficial, especialmente en el discurso de su presidente, Javier Milei. 


En el ámbito peronista, las internas dentro del Partido Justicialista exponen la tensión entre los sectores más tradicionales y aquellos que buscan una representación más alineada a un peronismo menos centralizado. Cristina Fernández de Kirchner, cuyo papel en la reestructuración del partido es central, enfrenta desafíos con sectores que acusan a la estructura de partidismo cerrado, gestionado solo para favorecer a ciertos grupos. Esta situación, reflejada en la disputa entre la lista oficialista y el sector de Ricardo Quintela, evidencia que el control del partido sigue siendo un tema de férrea negociación, mientras se perfila la necesidad de una cohesión que podría definir su capacidad de respuesta frente a otras fuerzas en 2025.


En tanto, el PRO y La Libertad Avanza delinean una posible alianza electoral, aunque no sin reservas. Mauricio Macri, en un juego estratégico de alto riesgo, plantea la posibilidad de una coalición con el partido libertario. Sin embargo, su enfoque cauteloso y la referencia a “conocerse antes de casarse” dejan entrever su interés en mantener cierta autonomía. Su cálculo parece orientarse a capitalizar la imagen de Milei mientras el proyecto libertario goza de popularidad, pero a la vez dejando abierta la opción de retirarse si el rumbo no resulta favorable. Este “compromiso” electoral, al mismo tiempo, demuestra una faceta pragmática de Macri que, aunque con menos respaldo que en épocas anteriores, busca diseñar una ingeniería política de alto impacto.


Los radicales, finalmente, enfrentan un dilema similar entre las lealtades ideológicas y las oportunidades políticas. Algunos sectores de la UCR encuentran un potencial en alinearse con Milei, mientras que otros buscan una vía más independiente, que incluso podría conllevar la creación de una fuerza de centro. Sin embargo, los gobernadores radicales se perfilan como piezas cruciales. En sus provincias, algunos mandatarios provinciales como Gustavo Valdés y Maximiliano Pullaro gozan de apoyo local fuerte, por lo que sus decisiones sobre alianzas podrían inclinar la balanza en las elecciones. Su participación o distancia con el gobierno libertario resulta entonces una variable determinante, ya que estos líderes regionales poseen no solo un electorado fiel, sino también una visión de los problemas que excede la retórica polarizada que domina a nivel nacional.


En este entramado, los actores políticos sopesan sus próximos movimientos, conscientes de que sus decisiones en estos meses serán claves para el tablero electoral de 2025. Las alianzas, la retórica y los liderazgos actuales se enfrentan a un reto mayor: el de articular una propuesta que, ante todo, responda a una Argentina cada vez más compleja y dividida.