REINO UNIDO

Una madre fue condenada a prisión por ocultar a su hija en un cajón durante tres años

27 de Noviembre, del 2024 - Destacadas

Rescataron a una niña que pasó tres años en un cajón, aislada del mundo y sin ver la luz del día. Su madre fue condenada a siete años de prisión.

Una madre fue condenada a siete años y medio de prisión tras esconder a su hija en un cajón durante tres años, impidiendo que la niña recibiera atención médica, alimentación adecuada y contacto social. La pequeña fue encontrada gravemente desnutrida y emocionalmente afectada por su aislamiento, en lo que se considera uno de los casos más devastadores de maltrato infantil en el Reino Unido.

La historia de horror comenzó a principios de 2020 cuando la madre, cuyo nombre no ha sido revelado para proteger la identidad de otros hijos, ocultó a su hija recién nacida en un cajón debajo de su cama, en su casa en Cheshire, al norte de Inglaterra. Durante tres años, la niña vivió en condiciones extremas de abandono. Nunca vio la luz del día ni respiró aire fresco, y su único alimento era un puré de Weetabix administrado con una jeringa.

La niña, que nunca conoció la interacción social ni interactuó con otros miembros de la familia, fue encontrada por el novio de la madre en 2023, quien al escuchar ruidos extraños en la casa, descubrió a la pequeña en su cautiverio. Fue de casualidad. El hombre había regresado a la casa una mañana para usar el baño después de que la madre se había ido, según escuchó el Tribunal de la Corona de Chester. 

La niña, que estaba tan desnutrida que parecía un bebé de siete meses, no respondía a su propio nombre. Había sido dejada sola durante largos periodos de tiempo. La encontraron con el pelo enmarañado, deformidades, erupciones cutáneas, y el paladar hendido. Nunca recibió atención médica ni tuvo contacto con el mundo exterior, lo que dejó secuelas físicas y psicológicas devastadoras.

Una madre indiferente ante la situación

Su madre, al ser confrontada por los trabajadores sociales, respondió con total indiferencia, asegurando que la niña era guardada en el cajón de manera rutinaria, sin mostrar signos de arrepentimiento o empatía por su situación. 

La trabajadora social dijo que vio a la niña sentada en el cajón y le preguntó a la madre si era ahí donde guardaba a su hija. "Ella respondió con total naturalidad: 'Sí, en el cajón'", afirmó la trabajadora social señalando que "le sorprendió que la madre no mostrara ninguna emoción y pareciera indiferente ante la situación".

Los expertos que examinaron el caso señalaron que la niña había sufrido una "catástrofe física, psicológica y social" debido a la completa falta de cuidados. La fiscal principal Rachel Worthington destacó que, además de la desnutrición severa, la niña había sido mantenida completamente aislada de su familia y el mundo exterior.

El juez Steven Everett, registrador honorario de Chester, le dijo: "Usted privó a esa niñita de todo amor, de todo afecto, de toda atención, de toda interacción con los demás, de una dieta adecuada, de la atención médica que tanto necesitaba. Usted intentó controlar esta situación con todo el cuidado que pudo, pero por pura casualidad se descubrió su terrible secreto"

Resulta que cuando el novio de la madre comenzó a quedarse en la propiedad durante la noche, la niña fue trasladada a otra habitación y dejada allí sola. Sin embargo, un día este regresó y escuchó ruidos que venían de dicha habitación. Allí vio la terrible escena. 

El hombre salió de la casa pero alertó a los miembros de la familia y más tarde ese mismo día acudieron los servicios sociales y encontraron a la niña en el cajón de la cama.

"Era una niña inteligente que quizás ahora esté volviendo a la vida lentamente después de haber estado casi muerta en esa habitación", señaló Everett.

En octubre, la madre, que se declaró culpable de cuatro cargos de maltrato infantil, incluyendo abandono, desnutrición y negligencia, expresó en el tribunal que su relación abusiva con el padre de la niña y las dificultades de la pandemia contribuyeron a su conducta.

Sin embargo, el juez Everett describió el caso como "un nivel de crueldad que desafía la creencia", señalando que no recordaba un caso tan grave en sus 46 años de carrera. La mujer fue condenada a siete años y medio de prisión.

Fuente: Perfil